lunes, 15 de febrero de 2010

EL PERRO EDUCADO

“Un perro educado es un perro feliz”
Por Arsenio Menchero Sánchez

A resultas de la alarma social creada por la difusión mediática de las mordeduras de perros a personas y habida cuenta de que la integración del perro en la sociedad es una obligación ineludible, el 23 de diciembre de 1999  se promulgó la Ley de Tenencia de Animales Potencialmente Peligrosos, desarrollada tres años después en el Real Decreto 287/2002 del 22 de marzo.

Se consideran animales potencialmente peligrosos aquellos que puedan provocar muerte o daños a las personas. Y se especifica que el concepto de “perros potencialmente peligrosos” no solo se refiere a los ejemplares pertenecientes a razas determinadas, sino también a los cruces que reúnan unas determinadas características de tamaño, peso y agresividad latente. Según la Ley, el propietario de  este tipo de ejemplares ha de ser mayor de edad y obtener una licencia administrativa que tramitará en su Ayuntamiento de residencia tras aportar un certificado de aptitud psicológica y un certificado de penales.

La Ley actual se centra en el dueño pero ¿es que acaso basta con acreditar que se es normal y sin antecedentes para poder poseer un perro que realmente entrañe peligro?. ¿Quién valora el comportamiento del perro, su sociabilidad, su adiestramiento?. ¿Acaso una persona frágil o anciana está capacitada para pasear un perro de 45 Kg?. Desgraciadamente, nuestra Ley es demasiado general y no contempla ninguno de estos supuestos.

La Real Sociedad Canina y los diferentes Clubs de Raza ya exigen a todos los perros que participen en cualquier evento deportivo la obligación de conseguir previamente un certificado de sociabilidad, llamado Prueba Ciudadana o BH. En el examen de BH, valorado por un Juez oficial de trabajo, el perro ha de mostrarse obediente y manejable en el medio urbano habitual, comportándose con indiferencia frente a personas y animales desconocidos e ignorando los ruidos y el tráfico de vehículos.

Es este el primer paso para que nos acerquemos a la normativa de los países comunitarios más adelantados, en los que todo perro que reside en la ciudad ha de obtener el correspondiente permiso obligatorio de circulación. Gracias a ello, en toda centroeuropa, a los perros les está permitido viajar en transporte público y entrar en hoteles y restaurantes.

Independientemente de las consideraciones legales, resulta inadmisible que los perros molesten a los ciudadanos. Somos nosotros, los dueños de perros, quienes hemos de asumir la responsabilidad y la obligación de que nuestros ejemplares no ensucien la calle, de que no ladren inapropiadamente, de que se muestren en todo momento disciplinados y en orden. Y para ello es preciso que se encuentren perfectamente adiestrados.

El objetivo del adiestramiento ciudadano no es sólo que el perro realice determinados ejercicios de obediencia. Lo que realmente se persigue al adiestrar a un perro es establecer un lenguaje que nos permita comunicarnos con él.  Y, de paso, al mejorar este “idioma” se estrecha la relación entre dueño y perro. Sólo así se le pueden enseñar las referencias que nos convienen. Unicamente de esta manera se logra que el animal entienda y aprenda lo que se espera de él.

En la práctica, ¿cómo se lleva realmente a cabo este proceso?. En algunos casos, por fortuna cada vez en menos, el propietario se vale de su intuición, educa al perro a su manera y, sólo cuando tiene problemas, recurre a un profesional. Pero, como quiera que cada día aumenta la tenencia responsable de animales y muchos guías aprenden de la mano de un adiestrador, es preceptivo no olvidar la gran importancia que juega éste y la necesidad de que sea un verdadero especialista  acreditado legalmente.

El trabajo propiamente dicho debería empezar desde la más temprana edad del cachorro. En cada etapa de su vida, desde el mismo momento en que abre sus ojos al mundo, hay cosas que puede y debe aprender. Al igual que  nadie se plantea la necesidad de la educación infantil, ningun propietario de un cachorro debería retrasar el comienzo de su enseñanza.

Si no se tienen conocimientos de adiestramiento es preferible seguir un curso tutorizado por expertos, pues así se evitarán fallos tanto desde un punto de vista técnico como conceptual. Aprendiendo la forma en que el perro interpreta la vida, se pueden empezar a establecer los límites de la convivencia e integrarle en nuestra sociedad de humanos de forma atraumática.

En cambio, quien se las arregla como puede, lo mas seguro es que, antes o después, acabe necesitando ayuda. Generalmente antes del año de edad aparecen los problemas de control tales como tirones de la correa, ladridos incontrolables, desobediencia a la llamada, agresividad hacia perros o personas, etc. En tonces el guía no tiene más remedio que solicitar asistencia profesional.

Llegado el caso, podrá optar por ralizar un curso de adiestramiento o, si no dispone de tiempo, acudir  a un centro canino para que la enseñanza del perro se lleve a cabo en régimen interno. Este sistema implica la necesidad de que el animal permanezca en las instalaciones mientras se lleva a cabo su entrenamiento durante un periodo de tiempo que oscila entre las 4 y 6 semanas, al cabo de las cuales se le enseñará al dueño a manejarlo.

El resultado final, cualquiera que haya sido el camino seguido, ha de ser siempre idéntico: el perro, además de mostrarse indiferente a cualquier estímulo ambiental, ha de obedecer siempre y a la primera los ejercicios de acudir a la llamada, de sentarse, de tumbarse y de caminar al lado, tanto con la correa floja como sin ella. De esta forma, al tiempo que también ha aprendido a estar a solas, integra a su dueño en el centro de su mundo, lo considera como la única referencia a la que debe atender cuando está presente y, en suma, se consolida el lazo que une a ambos.

El marco ideal para llevar a cabo todo este propósito es el centro de adiestramiento, pues en sus instalaciones se entrena, se aprende, se practica en grupo y se comparten experiencias mientras se pasea o se entrena para la competición. Elíjase un centro de adiestramiento en el que, además de contar con el apoyo técnico necesario, confluyan todos los requisitos para que guía y perro disfruten. Acudiendo a un centro de adiestramiento se descubre como vivir el perro de otra forma.


martes, 9 de febrero de 2010

Arsenio y Unos clasificados en Murcia para el CNT CEPPA 2010




 Los días 30 y 31 de enero tuvo lugar la Selectiva de la Delegación CEPPA de Murcia, clasificatoria para el Campeonato Nacional de Trabajo CEPPA, que tendrá lugar en la localidad de Alcalá de Guadaira (Sevilla) los días 12, 13 y 14 de marzo de 2010.

Arsenio y Unos obtuvieron la calificación de A:85, B:96, C:96 (TOTAL= 277 puntos). Enhorabuena.

Les deseamos suerte en el próximo Campeonato Nacional.